La inteligencia artificial (IA) está cambiando las reglas del juego en el diseño gráfico. Las nuevas tecnologías de generación de imágenes basadas en IA están permitiendo crear diseños con un alto grado de realismo y detalle en cuestión de minutos.
Aunque estas tecnologías son todavía nuevas, no cabe duda de que tienen el potencial de revolucionar la industria del diseño de forma estructural como ya ocurrió con el paso de la fotocomposición a la autoedición o la evolución de la impresión offset a la digital.
Los diseñadores debemos adaptarnos a estas nuevas herramientas e integrarlas en nuestro trabajo diario lo antes posible para optimizar nuestros procesos creativos.
El valor de la imaginación y creatividad de los diseñadores gráficos
Sin embargo, a pesar de que estas tecnologías son impresionantes, no podemos olvidar que el diseño gráfico es mucho más que simplemente crear imágenes. Los diseñadores tienen una habilidad única para entender las necesidades y deseos de sus clientes y para conceptualizar y comunicar un mensaje de manera efectiva.
Es cierto que estas nuevas tecnologías sumadas a programas gratuitos y amateur de diseño favorecerán aun más el lamentable intrusismo en nuestra profesión y la devaluación de la misma que provocan, pero… tener un coche gratuito que cuente con sistemas inteligentes de ayuda a la conducción no garantiza que tengas carnet de conducir y no digamos ya que «sepas circular».
La creatividad humana no puede ser reemplazada por la IA pero si puede potenciar esa creatividad y aportar matices en sus resultados. En lugar de ver la IA como una amenaza, deberíamos verla como una oportunidad para mejorar y optimizar nuestro trabajo y ser más eficientes.
Debemos estar siempre abiertos a aprender y a experimentar con estas nuevas tecnologías, mientras seguimos centrando nuestra atención en crear diseños que conecten emocionalmente con nuestra audiencia. Lo emocional aun es exclusivo de los humanos.
la IA puede ser una herramienta valiosa para los diseñadores, pero no creemos que hoy por hoy sea una amenaza para su creatividad y habilidades.
Sigamos evolucionando y adaptándonos a estas nuevas tecnologías para mejorar nuestro trabajo, pero sin olvidar nunca el valor que aportamos como diseñadores.
